Músculos Isquiotibiales.
Los músculos isquiotibiales, o también conocidos erróneamente como femorales, se encuentran en la parte posterior del muslo. Este grupo de músculos potentes nacen en el hueso de la pelvis, el isquión, por encima de la cadera y llegan hasta la parte posterior de la pierna, tibia y peroné. Sus funciones principales son el extender la cadera, flexionar y estabilizar la rodilla, por lo tanto, su trabajo es fundamental en las actividades de la vida diaria, como: caminar (especialmente en pendientes), subir gradas, agacharse, entre otras; y en gestos deportivos, como: aceleración, desaceleración en carrera, saltos y cambios de dirección.
Tendinopatía, NO Tendinitis.
La patología del tendón, conocida como tendinopatía, se refiere a un proceso continuo de degeneración y/o recuperación fallida del tejido por excesiva sobrecarga sin un tiempo de recuperación adecuado. En pocas palabras, una tendinopatía se produce cuando un tendón es sometido de forma repentina a un esfuerzo repetitivo que sobrepasa sus capacidades durante varios días, sin un tiempo adecuado de descanso entre sesiones.
Por ejemplo, una persona acostumbrada a correr 10 Km diarios se encuentra preparándose para una media maratón y decide súbitamente empezar a correr 20 Km diarios sin descanso entre sesiones de entrenamiento. Este aumento de distancia en el entrenamiento de manera inesperada supone un aumento excesivo en la carga sobre el tendón, el mismo que al no tener la capacidad para soportar el doble de exigencia empieza a generar cambios en su estructura para poder soportar este nuevo ritmo de actividad. Pero, al no tener un tiempo adecuado de recuperación para asimilar estos cambios, se produce un proceso lento de degeneración en una específica zona del tendón que genera:
- Dolor en las actividades deportivas o cotidianas.
- Pérdida de fuerza muscular.
- Dolor a la palpación del tendón.
- Incapacidad funcional.
En la actualidad, se conoce que no existe un proceso inflamatorio real en el tendón, debido a que el tendón no sufre ningún daño en su estructura. Además, no todos los tendones con procesos degenerativos producen dolor, algunas enfermedades metabólicas, así como la velocidad de los cambios que se generan en su composición y la adaptación del sistema nervioso determinarán si existe dolor o no.
Tendinopatía Isquiotibial Proximal.
Esta condición se caracteriza por presentar dolor profundo y puntual en la zona más baja del glúteo en actividades cotidianas como: correr, subir gradas, saltar, sentarse o agacharse a recoger algo del piso. También es una dolencia común en corredores de largas distancias, velocistas, salto de obstáculos y en gestos de cambio de dirección.
Además, se ha descrito que pueda aparecer en personas sedentarias que pasan mucho tiempo sentadas y en practicantes de actividades que involucran estiramientos estáticos mantenidos, como el yoga o gimnasia.
Su aparición siempre va a estar relacionado con un cambio en la exposición a la carga del tendón de la musculatura isquiotibial, por ejemplo:
- Después de aumentar de forma repentina el peso o las repeticiones en los ejercicios como sentadilla, peso muerto, puente de cadera, zancada, snatch.
- Aumentar o disminuir rápidamente la distancia, tiempo o velocidad durante el trote.
- Mantenerse sentado sobre una superficie dura por varias horas, sin estar acostumbrado a hacerlo.
- Realizar estiramientos estáticos por tiempo excesivo que involucren levantar la pierna, como en el yoga.
Es muy importante tener en cuenta que en esta condición no debe existir sensación de corrientazos u hormigueos desde la zona glútea hasta el pie, por esta razón, es importante que un fisioterapeuta realice una evaluación exhaustiva para poder realizar un diagńsotico diferencial apropiado y determinar si existe una tendinopatía isquiotibial proximal.
Una vez descartada otra patología, se debe determinar la carga tolerable para poder realizar un monitoreo adecuado y empezar con el tratamiento. Recuerde que esta condición solo mejora mediante la exposición progresiva a la carga mediante el ejercicio. Para esto se debe realizar dos test de carga con ejercicios que aumenten la carga compresiva y de tracción sobre el tendón isquiotibial, como:
- Single leg deadlift (Peso muerto a una pierna).
- Single leg elevated glute bridge (Puente de cadera elevado a una pierna).
Si el dolor es muy fuerte en estos ejercicios, se puede realizar apoyando las dos piernas. Durante estas pruebas se debe anotar la intensidad del dolor, el tiempo que puede mantener la posición con un grado de dolor seguro y las compensaciones. Estos test dotarán al fisioterapeuta de la información necesaria para poder prescribir ejercicio de forma adecuada, así como el paciente aprenderá cómo realizar estos ejercicios para poder ir monitoreando su progreso cada día.
Tratamiento
Se ha determinado que el tratamiento de una tendinopatía debe durar mínimo de 6 a 12 semanas para poder observar cambios funcionales en el paciente, como: reducción del dolor, mejora en la fuerza, facilidad para realizar actividades de la vida diaria, retorno progresivo a la actividad deportiva.
La primera etapa del tratamiento tendrá como objetivo controlar y disminuir el dolor mediante la exposición a la carga del tendón con ejercicios isométricos, donde el músculo se activan por un período de tiempo, además de buscar disminuir la carga con la activación de la musculatura estabilizadora de la cadera y core. Los ejercicios deberán realizarse dos veces al día por 5 repeticiones con una duración de entre 30 a 45 segundos, pero esto será determinado en la evaluación con el test de carga.
Una vez controlado el dolor y con mejor tolerancia del tendón isquiotibial a la carga, se puede avanzar a la segunda fase donde el objetivo será mejorar la fuerza muscular y la rigidez del tendón para mantener los efectos alcanzados a largo plazo. Aquí se utilizarán ejercicios contra resistencia con pesos altos y se recomienda realizarlos tres veces por semana, dejando un descanso de 24 a 72 horas entre sesión para permitir al tendón recuperarse y potenciar los efectos sobre el mismo. Además, no olvidar seguir con los ejercicios de la etapa uno y el fortalecimiento de la cadena cinética.
En la tercera fase, se puede introducir ejercicios funcionales o movimientos que previamente generaban dolor, el objetivo es mejorar la respuesta a la carga del tendón, del tal forma que los ejercicios deberán ir aumentando progresivamente la velocidad de ejecución, en esta fase hay que tener más cuidado en el monitoreo para no tener recaídas y se debe motivar al paciente para continuar el tratamiento aunque ya se siente mejor.
La cuarta fase no es obligatoria para todas las personas, se debe usar en personas deportistas o que practiquen una actividad física regular. En esta etapa se deberá reintegrar a la persona a su actividad deportiva habitual de forma progresiva, se deberá practicar movimientos o drills específicos de su deporte, sin olvidar los ejercicios de la etapa uno y dos. En esta fase el dolor debería estar controlado casi en su totalidad en los test de carga y el paciente realizando sus actividades diarias sin mayor dificultad.
Conclusión.
Una tendinopatía si no es tratada a tiempo puede convertirse en una condición dolorosa y limitante, a tal punto de generar miedo al movimiento en las personas, disminuyendo su calidad de vida.
Es muy importante que ante cualquier dolor o molestia en la zona glútea se acuda a un fisioterapeuta para realizar un diagnóstico diferencial para determinar la fuente principal de dolor y realizar un tratamiento adecuado.
En cualquier tendón del cuerpo se puede generar un proceso degenerativo y al momento conocemos que la única forma para ayudarlo es mediante el ejercicio terapéutico, evita perder tu dinero y tiempo en lugares donde te ofrecen equipos robóticos milagrosos, paquetes de 40 sesiones de fisioterapia a precios bajos, busca un fisioterapeuta que te atienda en serio y no en serie.